
Los que me conocéis, sabéis que he desarrollado mi carrera profesional principalmente en empresas de espirituosas y cerveza, además de haber montado un e-commerce de bebidas, por lo que al sector de la hostelería le tengo un cariño especial. Cuando me refiero al sector de la hostelería, englobo desde fabricantes y propietarios de marcas (Osborne, Diageo, Maxxium, Pernod...) como a bares, restaurantes, hoteles, pasando por mayoristas y distribuidores.
Para poner en contexto, antes de lanzarme con la reflexión, os comparto unos números. En España hay actualmente unos 240.000 -250.000 locales de hostelería. Para poder atender a dichos locales, existe una extensa red de distribuidores y subdistribuidores que, junto a los cash and carry, permiten surtir de producto a todos esos locales.
Como decía al principio, esta pandemia va a actuar como elemento disruptor, y, entre otras cosas, va a modificar nuestros hábitos sociales. España es un país de calle y de socializar, pero ante una grave crisis sanitaria, posiblemente nuestra forma de interactuar entre nosotros cambie. Y el impacto en la hostelería será brutal. Salía una noticia (pincha aquí para leerla) hace unos días que adelantaba que posiblemente 40.000 bares no sobrevivan a la crisis y tengan que cerrar. Y para los que queden, se habla de distancia social, mamparas...
Ante esta situación, a los propietarios nos les va a quedar más remedio que reinventarse, si quieren sobrevivir. Evidentemente, no es la misma situación la que vive un restaurante de 100€ el cubierto, que un bar de copas. O una cafetería en el centro de Madrid que el bar de Cañicosa (Matabuena, Segovia). Cada negocio tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias y a su nuevo contexto.
